En China se inventó una nueva flauta y un maestro japonés escuchó la belleza de su sonido. Llevó la flauta a Japón y la tocó por todo el país. Después de tocarla en un pueblo, se hizo un profundo silencio.
«Como un dios», dijo entonces el hombre más anciano. La gente preguntó cuánto tiempo se tardaba en tocar la flauta así. «Años», respondió el maestro, pero estaba dispuesto a aceptar un alumno.
Los aldeanos eligieron a un joven músico con talento y muy trabajador. El maestro le dio una melodía sencilla y él consiguió tocarla, pero le faltaba algo. Quería impresionar a su maestro y siguió intentándolo. Pero seguía faltándole algo. Cada vez estaba más desesperado y frustrado, ya no disfrutaba con su música y cayó en la pobreza.
Al cabo de mucho tiempo, volvió a su pueblo y le convencieron para que volviera a tocar. Estaba lleno de vergüenza, tenía su vieja flauta en la mano y nada que ganar o perder.
Y tocó.
Al final hubo un silencio absoluto en la sala y se oyó decir al anciano: «Como un dios».
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La palabra sánscrita «lila» significa «tocar divino» e incluye el paso y el devenir del cosmos, un tocar de los dioses. Es la esencia de la creatividad. Es un tocar libre en el que no hay nada que ganar ni nada que perder.
Kathy MacFarlane